Una enseñanza valiosa
Aquí va una reflexión que vale tu tiempo leer y actuar sobre ella:
Junto a mi novia estamos leyendo un libro que se llama "Felicidad Sólida", del Doctor Ricardo Capponi. Este libro es una obra maestra, uno de los compilados mejor fundamentados en evidencia (a nivel Global) que existen sobre las relaciones humanas. Es mucho más que un libro sobre "Felicidad", es el gran Legado de Vida de un Psiquiatra Chileno brillante, tan brillante que los estudiantes de Medicina estudian con sus manuales de psiquiatría, un regalo para la humanidad, realmente.
Quedé tan impresionado con el libro, su forma de verbalizar sus conocimientos y su extraordinaria expertise, que tomé una hora para atenderme en su consulta, solo para resolver dudas y comentar su libro. En Noviembre 2019 me dieron hora para Mayo 2020. En mi mente, durante esa conversación le iba a pedir que me dejara ser su ayudante de investigación, gratis. O yo le pago, si quiere, para que sea mi mentor.
Este Lunes, el Doctor Capponi Murió.
Estaba en Barcelona presentando su libro. En su pieza, solo, a los 67 años. Extraordinariamente lúcido, juvenil y crack, muró el Doctor. Una pérdida invaluable para la Humanidad.
Me sentí muy decepcionado de mi. El antiguo Jorge... -pensé-... ese Jorge con hambre, imparable, irresistible y magnético, de como -tanto predico que hay que ser-, no habría esperado para Mayo, habría hecho lo mismo que hizo en tiempos anteriores para conocer a Andrés Velasco: Enterarse que va a estar en un programa de televisión, contactar a los productores, llamarlos y escribirles hasta que contesten, conseguir que me inviten al programa como público, ir a saludarlo después del programa, preparar el Pitch de mi vida y conseguir un Café con él.
Pero no. Dejé pasar la oportunidad de una vida (literal), de conocerlo, de ayudarle y de aprender de él, aunque ahora lo haga desde sus libros, videos y entrevistas.
Esta lamentable historia me recuerda lo pasivos que podemos llegar a ser cuando no somos conscientes y damos la vida por sentado.
¿Cómo hablarías con tu mamá por teléfono si supieras que es la última vez que le vas a poder decir algo? Probablemente no le cortaría nunca, le diría 10.000 veces que la adoro y millones de gracias por todo lo que ha hecho por mi, por lo que soy y que alguna vez seré.
¿Cómo tratarías a un amigo si supieras que es la última vez que lo vas a ver?: Como lo más preciado del mundo, seguramente.
Es difícil pensar una vida de esa forma, lo loco es que, así es.
Hoy te quiero invitar a hacer un experimento: Tómate unas horas de hoy o mañana y trata a la gente como si fuese la última vez que la fueses a ver. Sin la pena que eso conllevaría, pero con lo amable que serías, lo intenso/a que serías, lo increíblemente magnético/a que el mundo experimentaría de ti. No habría espacio para la estupidez, a enojarte por que alguien te tocó la bocina, a que te molesten las pequeñas y mínimas cosas de la vida.
Te desafío a que seas Luz. Lo irónico es que esa mejor versión sale cuando pensamos que viene la oscuridad. Pero, no esperes a ello. Lúz-cete.
Que la Fuerza esté contigo! Jorge de SpeakerCoach